cronica- jose antonio burriel


Hay muchas muertes como consecuencia de operaciones de cirugía estética. No estoy diciendo que esas muertes tengan como causa directa la estricta operación de cirugía estética, pero si que los problemas postoperatorios o sanitarios o de diversa índole han causado demasiadas muertes.

Cierto es que son muchas más las muertes relacionadas con operaciones quirúrgicas generales. Sin embargo, las muertes relacionadas con operaciones de estética llaman mucho más la atención. Y llaman la atención porque en bastantes ocasiones quienes operan no tienen clara su profesionalidad médica o las clínicas no reúnen todas las condiciones. Y llaman la atención porque la sociedad magnifica más una muerte sobrevenida a causa o como consecuencia de una operación no estrictamente necesaria.Los cánones de belleza impuestos por la moda y la publicidad llevan a muchas mujeres –cada vez más se operan más hombres- a operarse: liposucciones, pechos, cadera, problemas faciales, etc. Y esa “llamada de las clínicas de estética” puede incluso con los cuidados en la elección del cirujano, con la debida atención a las condiciones profesionales. La mujer, también el hombre, se “ve” mejor y más bella y…¡a veces, por desgracia, sucumbe al peligro no previsto ni reflexionado!. Estimo que las autoridades sanitarias debieran extremar el celo y la inspección para impedir que personas sin excesivos escrúpulos se aprovechen de la buena fe de las personas. Y no sólo en lo que se refiere a todos los elementos de las operaciones quirúrgicas –médicos, clínicas, atenciones sanitarias, etc.-, sino también a la publicidad de las clínicas de estética que atraen con sus anuncios en muchos casos engañosos a cientos de clientes. Comprende la fuerza, como si fuera un imán, que atrae a tanta gente a tratamientos y operaciones. El Estado debe redoblar sus esfuerzos de vigilancia y de control. Son muchos ya los toques de atención.

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